Vitaminas: Indispensables
para que el metabolismo, desarrollo y crecimiento del cuerpo.
A: Se
encarga de proteger la piel, interviene en el proceso de visión y participa en
la elaboración de enzimas (sustancias que aportan cambios químicos) en hígado y
hormonas sexuales.
Complejo
B: Colabora en el buen funcionamiento del cerebro, sistema nervioso y
circulación sanguínea, además de la regeneración de tejidos, óptimo crecimiento
y disminución de la fatiga, entre muchas otras funciones.
C:
Aumenta las defensas ante ataques de virus y retarda el envejecimiento celular.
D:
Ayuda a la fijación del calcio, vital para los huesos.
E:
Alivia la fatiga, protege a las células de los compuestos que las dañan y
fortalece a las estructuras de la piel.
K:
Evita hemorragias.
Fibra:
Mejora el funcionamiento del aparato digestivo, logrando reducir síntomas de
estreñimiento, irritación intestinal y hemorroides, principalmente.
Enzimas:
Compuestos indispensables en la transformación y asimilación de alimentos en el
proceso de digestión, los cuales actúan igualmente como desintoxicantes, es
decir, ayudan al desalojo de toxinas.
Agua:
Colabora en las reacciones químicas del cuerpo.
Las frutas se pueden clasifican por su
sabor en:
Ácidas. Sobre todo los cítricos como naranja, limón, mandarina, toronja.
Agridulces.
Fresa, grosella, manzana, pera, durazno, guayaba, ciruela y cereza.
Dulces.
Ricas en glucosa (azúcar); higo, uva dulce, plátano.
Secas.
Dátiles, pasas y ciruelas pasa.
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